Lo que Macri calla
Por Gonzalo Ruanova.
La situación que se vive en Villa Soldati no es fruto de la coyuntura. Años de desidia, de malas gestiones y de ausencia del Estado han generado esta crisis. ¿Qué es Villa Soldati hoy? Una comuna de la ciudad en la que viven 190 mil personas, con casi el 30 % de pobres, con el 25% de su población con problemas de trabajo y en la que los ingresos de casi el 50% de su población no cubre la canasta familiar. El contraste con los barrios de la zon norte de la ciudad muestra datos categóricos. En Recoleta la pobreza no supera el 2% y en Belgrano-Palermo el 1,5%. En el norte menos del 10% de la población tiene problemas de trabajo y sólo el 14 % no cubre la canasta básica. El dilema de las ciudades no es nuevo, pero se enfrenta con políticas de inclusión y desarrollo. A tres años de iniciar su gobierno el macrismo sólo ha abierto más la brecha.
Pese a que en Villa Soldati el 23% de los hogares sufren hacinamiento, la política de vivienda ha sido inexistente. Allí el 22% de los vecinos viven en hogares cuya tenencia es irregular y no ha habido más que promesas para ellos. Sin embargo, la ausencia del Estado no termina en lo que respecta a la vivienda. Los datos sociales son incontrastables: en Villa Soldati la mortalidad infantil es del 13 por mil, superior al 8,3 del promedio de la ciudad, y obviamente muy superior al 5,1 de Palermo; el 27% de la población mayor de 25 años sólo termino el primario y menos del 10 % terminó el secundario, el 50% utiliza el sistema público de salud y sólo el 5% tiene acceso a la medicina prepaga. En la zona norte el 51% completó sus estudios secundarios y el 7% utiliza los hospitales públicos, ya que el 25% accede a la medicina privada.
Esta disparidad se traduce también en el nivel de ingresos: en Villa Soldati el promedio de ingresos es de 1321 pesos mintras que en el norte de la ciudad supera los 3300 pesos. Si analizamos los ingresos per capita la brecha se amplía: en el sur el ingreso per cápita es 914 pesos mensuales y en la zona norte no es inferior a los 3000 pesos.
Ahora bien, estos datos son la prueba contundente que la desigualdad en la Ciudad de Buenos Aires requiere de una acción política focalizada, de desarrollo y de inclusión. ¿Qué es lo que ha hecho el gobierno de Macri? La situacion que se vive hoy en Villa Soldati, dijimos, no es coyuntural. Y el gobierno de la Ciudad es uno de sus máximos responsables. Respecto a la problemática de la vivienda, si miramos los recursos con los que contó el Instituto de la Vivienda de la Ciudad, probaremos que no tuvo ninguna intención de revertir los niveles de desigualdad. En la Ciudad, 500.000 personas padecen una situación de déficit habitacional, de las cuales 210.000 viven en villas y más de 30.000 en asentamientos precarios. Frente a esta situación, en los tres años de gestión de Mauricio Macri sólo se construyeron 350 viviendas.
En el año 2006, el Instituto de Vivienda solicitó permisos para construir 1.496 viviendas por un total de 113.639 m2, en el año 2009 solicitó permisos para construir sólo 9 viviendas por un total de 617m2.
En cuanto al presupuesto del Instituto, para el año 2010 se preveia invertir casi 410 millones de pesos (inferior a los 520 millones previstos para el 2009 y a los 480 previstos para el 2008). Sin embargo, lo verdaderamente ejecutado muestra la ineficiencia de la gestión: en 2008 se utilizó el 67% de lo presupuestado, en 2009 el 45% y en 2010 sólo el 18%.
La intencionalidad política de dejar sin resolver la problemática del déficit habitacional también puede observarse al analizar la participación de la inversión en vivienda dentro del presupuesto de la Ciudad. En 2007 la inversión del Instituto de Vivienda de la Ciudad fue casi el 3% de los gastos totales del Gobierno. Esta participación cayó sistemáticamente durante la gestión de Mauricio Macri descendiendo al 2.4% en 2008, al 1.5% en 2009 y al 0.6%, según la ejecución presupuestaria al tercer trimestre de 2010.
Mauricio Macri no puede decir, a la luz de estos datos, que le interesa la inclusión, combatir la desigualdad y construir una ciudad para todos.
Por último, y como la ausencia del Estado no se reduce a la inacción respecto a la política de vivienda, podemos analizar los recursos destinados a la Corporación del Sur, la empresa del estado porteño que tiene la responsabilidad de desarrollar dicha zona de la Ciudad. Las inversiones anuales cayeron de casi $ 44 millones en 2006 a $ 34 millones en 2009 y a 33 millones en 2010. A esta caída nominal de la inversión hay que considerar que, por efecto de la inflación, la disminución real de la intervención estatal en la zona sur es aún menor.
Los datos son contundentes. El Estado porteño ha tenido una política muy específica respecto al sur: se ha ausentado de manera planificada. Pese a que los datos sociales descriptos con anterioridad dan prueba de que un sector de la población de esta ciudad vive como en los países más desarrollados, mientras que la mayoría lo hace como en los países menos desarrollados, no ha habido respuestas del gobierno de Mauricio Macri. El abandono del sur por parte del Estado es la muestra de que su “haciendo Buenos Aires” es muy focalizado, exclusivo y limitado a los ciudadanos del norte de la Ciudad. Asi, Mauricio Macri, no queremos que se haga Buenos Aires. Por eso lo que hoy vivimos en Villa Soldati no es coyuntural. Es de su exclusiva responsabilidad, de su inacción y de su mirada miope acerca de lo que significa gobernar para todos.
La situación que se vive en Villa Soldati no es fruto de la coyuntura. Años de desidia, de malas gestiones y de ausencia del Estado han generado esta crisis. ¿Qué es Villa Soldati hoy? Una comuna de la ciudad en la que viven 190 mil personas, con casi el 30 % de pobres, con el 25% de su población con problemas de trabajo y en la que los ingresos de casi el 50% de su población no cubre la canasta familiar. El contraste con los barrios de la zon norte de la ciudad muestra datos categóricos. En Recoleta la pobreza no supera el 2% y en Belgrano-Palermo el 1,5%. En el norte menos del 10% de la población tiene problemas de trabajo y sólo el 14 % no cubre la canasta básica. El dilema de las ciudades no es nuevo, pero se enfrenta con políticas de inclusión y desarrollo. A tres años de iniciar su gobierno el macrismo sólo ha abierto más la brecha.
Pese a que en Villa Soldati el 23% de los hogares sufren hacinamiento, la política de vivienda ha sido inexistente. Allí el 22% de los vecinos viven en hogares cuya tenencia es irregular y no ha habido más que promesas para ellos. Sin embargo, la ausencia del Estado no termina en lo que respecta a la vivienda. Los datos sociales son incontrastables: en Villa Soldati la mortalidad infantil es del 13 por mil, superior al 8,3 del promedio de la ciudad, y obviamente muy superior al 5,1 de Palermo; el 27% de la población mayor de 25 años sólo termino el primario y menos del 10 % terminó el secundario, el 50% utiliza el sistema público de salud y sólo el 5% tiene acceso a la medicina prepaga. En la zona norte el 51% completó sus estudios secundarios y el 7% utiliza los hospitales públicos, ya que el 25% accede a la medicina privada.
Esta disparidad se traduce también en el nivel de ingresos: en Villa Soldati el promedio de ingresos es de 1321 pesos mintras que en el norte de la ciudad supera los 3300 pesos. Si analizamos los ingresos per capita la brecha se amplía: en el sur el ingreso per cápita es 914 pesos mensuales y en la zona norte no es inferior a los 3000 pesos.
Ahora bien, estos datos son la prueba contundente que la desigualdad en la Ciudad de Buenos Aires requiere de una acción política focalizada, de desarrollo y de inclusión. ¿Qué es lo que ha hecho el gobierno de Macri? La situacion que se vive hoy en Villa Soldati, dijimos, no es coyuntural. Y el gobierno de la Ciudad es uno de sus máximos responsables. Respecto a la problemática de la vivienda, si miramos los recursos con los que contó el Instituto de la Vivienda de la Ciudad, probaremos que no tuvo ninguna intención de revertir los niveles de desigualdad. En la Ciudad, 500.000 personas padecen una situación de déficit habitacional, de las cuales 210.000 viven en villas y más de 30.000 en asentamientos precarios. Frente a esta situación, en los tres años de gestión de Mauricio Macri sólo se construyeron 350 viviendas.
En el año 2006, el Instituto de Vivienda solicitó permisos para construir 1.496 viviendas por un total de 113.639 m2, en el año 2009 solicitó permisos para construir sólo 9 viviendas por un total de 617m2.
En cuanto al presupuesto del Instituto, para el año 2010 se preveia invertir casi 410 millones de pesos (inferior a los 520 millones previstos para el 2009 y a los 480 previstos para el 2008). Sin embargo, lo verdaderamente ejecutado muestra la ineficiencia de la gestión: en 2008 se utilizó el 67% de lo presupuestado, en 2009 el 45% y en 2010 sólo el 18%.
La intencionalidad política de dejar sin resolver la problemática del déficit habitacional también puede observarse al analizar la participación de la inversión en vivienda dentro del presupuesto de la Ciudad. En 2007 la inversión del Instituto de Vivienda de la Ciudad fue casi el 3% de los gastos totales del Gobierno. Esta participación cayó sistemáticamente durante la gestión de Mauricio Macri descendiendo al 2.4% en 2008, al 1.5% en 2009 y al 0.6%, según la ejecución presupuestaria al tercer trimestre de 2010.
Mauricio Macri no puede decir, a la luz de estos datos, que le interesa la inclusión, combatir la desigualdad y construir una ciudad para todos.
Por último, y como la ausencia del Estado no se reduce a la inacción respecto a la política de vivienda, podemos analizar los recursos destinados a la Corporación del Sur, la empresa del estado porteño que tiene la responsabilidad de desarrollar dicha zona de la Ciudad. Las inversiones anuales cayeron de casi $ 44 millones en 2006 a $ 34 millones en 2009 y a 33 millones en 2010. A esta caída nominal de la inversión hay que considerar que, por efecto de la inflación, la disminución real de la intervención estatal en la zona sur es aún menor.
Los datos son contundentes. El Estado porteño ha tenido una política muy específica respecto al sur: se ha ausentado de manera planificada. Pese a que los datos sociales descriptos con anterioridad dan prueba de que un sector de la población de esta ciudad vive como en los países más desarrollados, mientras que la mayoría lo hace como en los países menos desarrollados, no ha habido respuestas del gobierno de Mauricio Macri. El abandono del sur por parte del Estado es la muestra de que su “haciendo Buenos Aires” es muy focalizado, exclusivo y limitado a los ciudadanos del norte de la Ciudad. Asi, Mauricio Macri, no queremos que se haga Buenos Aires. Por eso lo que hoy vivimos en Villa Soldati no es coyuntural. Es de su exclusiva responsabilidad, de su inacción y de su mirada miope acerca de lo que significa gobernar para todos.