El desafío que viene: construir un bloque político para derrotar a la derecha en la Ciudad
El pasado 13 de noviembre hicimos un acto para festejar que conseguimos la personería jurídica del Encuentro por la Democracia y la Equidad en la Ciudad de Buenos Aires. Fue una gran ocasión para que los más de mil quinientos compañeros y compañeras que asistieron pudieran vivir, sentir y festejar con alegría el gran valor de la fuerza militante que hizo todo esto posible. Dimos el primer paso: construir el partido en la Ciudad. Pero no nos conformamos porque vinimos a cambiar la historia. Sabemos todo lo que falta y los desafíos que enfrentamos en esta nueva etapa.
Tenemos que arraigar el Encuentro en cada uno de los rincones de esta Ciudad y continuar con nuestra labor legislativa, tanto en el plano nacional, con Vilma Ibarra, como en la Legislatura porteña con Gabriela Cerruti y Gonzalo Ruanova. Desde esas bancas continuaremos desarrollando una tarea legislativa que de cuenta de las demandas y necesidades de los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad.
El Encuentro tiene que ser una fuerza presente y activa en todos y cada uno de los ámbitos donde la juventud es protagonista; en cada uno de los secundarios que hay en la Ciudad, como lo hicimos en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en el Mariano Acosta, donde ganamos las elecciones de los centros de estudiantes en un frente con otras fuerzas. Estamos cerrando una año en el que Encuentro Universitario participó en las elecciones en nueve de las trece facultades de la Universidad de Buenos Aires, recorriendo el camino que seguramente nos llevará a que el próximo año logremos ser la tercera fuerza en cantidad de delegados en la FUBA; por otra parte, hemos desarrollado nuestra fuerza en los institutos terciarios, como el Profersorado de Historia Joaquín V. González y el Mariano Acosta.
Pero además, para llegar a ser la fuerza política popular que imaginamos, tenemos que estar anclados en el movimiento obrero, participando en los gremios, y siendo parte de la organización de las clases populares. Y una fuerza popular demanda entonces una fuerte presencia en el sur de esta Ciudad, para desde allí revertir la desigualdad abismal que existe entre el norte y el sur de una Ciudad rica pero fuertemente inequitativa. Debemos seguir creciendo allí donde hoy estamos dando los primeros pasos y seguir avanzando y desarrollándonos en todos aquellos espacios que ya están constituidos. En cada comuna, en cada barrio, abriendo locales que se llenen de vida y militancia para que en los próximos años podamos decir que somos parte de una fuerza que tiene un compañero o compañera en cada rincón de nuestra ciudad.
Estos son algunos de los desafíos que vienen y por eso debemos seguir militando con alegría, dejando de lado toda indiferencia y neutralidad, poniendo el cuerpo , “metiéndonos en el barro”, decididos a no conformarnos con lo que está hecho sino a ir por mucho más.
Queremos gobernar la Ciudad para ponerla en el mismo rumbo que tienen el país y la región latinoamericana, en un proceso que lo sabemos lleno de claroscuros y contradicciones, pero firme y seguro en la dirección de la inclusión, la igualdad, la ampliación de derechos y ciudadanía. Y en ese camino, el próximo paso es constituir y consolidar el Nuevo Encuentro en la Ciudad de Buenos Aires junto a otras fuerzas que lo integran, estableciendo así un frente orgánico e ideológicamente consistente que va más allá de las especulaciones electorales. A partir de allí tendremos la posibilidad de intentar construir un bloque político mayor y más amplio, convocando a otros actores sociales, culturales, a otras fuerzas políticas, para enfrentar a la derecha porteña y derrotar a Macri en las próximas elecciones. Soldati expresa con crudeza que esto se hace cada día más urgente. Este gran bloque político tiene entonces el doble objetivo de gobernar la Ciudad y, en ese mismo movimiento, ponerle un alto a la esperanza del establishment: ganar la Ciudad de Buenos Aires es socavar el proyecto de largo plazo que tiene el capital concentrado de las corporaciones económicas nacionales y extranjeras, porque Macri es la figura donde ellos han depositado su gran esperanza blanca.
No llegamos a la Ciudad solamente para dar nuestro testimonio y quedarnos con lo conseguido; vinimos, además, para que nuestro testimonio sea la proclama de millones para cambiar la historia. Tenemos mucho por hacer y toda la fuerza y la convicción para hacerlo.
Tenemos que arraigar el Encuentro en cada uno de los rincones de esta Ciudad y continuar con nuestra labor legislativa, tanto en el plano nacional, con Vilma Ibarra, como en la Legislatura porteña con Gabriela Cerruti y Gonzalo Ruanova. Desde esas bancas continuaremos desarrollando una tarea legislativa que de cuenta de las demandas y necesidades de los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad.
El Encuentro tiene que ser una fuerza presente y activa en todos y cada uno de los ámbitos donde la juventud es protagonista; en cada uno de los secundarios que hay en la Ciudad, como lo hicimos en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en el Mariano Acosta, donde ganamos las elecciones de los centros de estudiantes en un frente con otras fuerzas. Estamos cerrando una año en el que Encuentro Universitario participó en las elecciones en nueve de las trece facultades de la Universidad de Buenos Aires, recorriendo el camino que seguramente nos llevará a que el próximo año logremos ser la tercera fuerza en cantidad de delegados en la FUBA; por otra parte, hemos desarrollado nuestra fuerza en los institutos terciarios, como el Profersorado de Historia Joaquín V. González y el Mariano Acosta.
Pero además, para llegar a ser la fuerza política popular que imaginamos, tenemos que estar anclados en el movimiento obrero, participando en los gremios, y siendo parte de la organización de las clases populares. Y una fuerza popular demanda entonces una fuerte presencia en el sur de esta Ciudad, para desde allí revertir la desigualdad abismal que existe entre el norte y el sur de una Ciudad rica pero fuertemente inequitativa. Debemos seguir creciendo allí donde hoy estamos dando los primeros pasos y seguir avanzando y desarrollándonos en todos aquellos espacios que ya están constituidos. En cada comuna, en cada barrio, abriendo locales que se llenen de vida y militancia para que en los próximos años podamos decir que somos parte de una fuerza que tiene un compañero o compañera en cada rincón de nuestra ciudad.
Estos son algunos de los desafíos que vienen y por eso debemos seguir militando con alegría, dejando de lado toda indiferencia y neutralidad, poniendo el cuerpo , “metiéndonos en el barro”, decididos a no conformarnos con lo que está hecho sino a ir por mucho más.
Queremos gobernar la Ciudad para ponerla en el mismo rumbo que tienen el país y la región latinoamericana, en un proceso que lo sabemos lleno de claroscuros y contradicciones, pero firme y seguro en la dirección de la inclusión, la igualdad, la ampliación de derechos y ciudadanía. Y en ese camino, el próximo paso es constituir y consolidar el Nuevo Encuentro en la Ciudad de Buenos Aires junto a otras fuerzas que lo integran, estableciendo así un frente orgánico e ideológicamente consistente que va más allá de las especulaciones electorales. A partir de allí tendremos la posibilidad de intentar construir un bloque político mayor y más amplio, convocando a otros actores sociales, culturales, a otras fuerzas políticas, para enfrentar a la derecha porteña y derrotar a Macri en las próximas elecciones. Soldati expresa con crudeza que esto se hace cada día más urgente. Este gran bloque político tiene entonces el doble objetivo de gobernar la Ciudad y, en ese mismo movimiento, ponerle un alto a la esperanza del establishment: ganar la Ciudad de Buenos Aires es socavar el proyecto de largo plazo que tiene el capital concentrado de las corporaciones económicas nacionales y extranjeras, porque Macri es la figura donde ellos han depositado su gran esperanza blanca.
No llegamos a la Ciudad solamente para dar nuestro testimonio y quedarnos con lo conseguido; vinimos, además, para que nuestro testimonio sea la proclama de millones para cambiar la historia. Tenemos mucho por hacer y toda la fuerza y la convicción para hacerlo.