El problema de la ciudad es Macri, no los inmigrantes
El conflicto en el Parque Indoamericano de Villa Soldati demostró una vez más que la intervención del Estado no puede ser sinónimo de represión, sino que primordialmente debe ser el ejecutor de políticas públicas inclusivas que destruyan las raíces de los conflictos que nacen de la desigualdad. Pero el gobierno porteño no sólo ignoró sistemáticamente el sur de la Ciudad sin poner en marcha los planes de vivienda y urbanización que tan urgentemente se necesitan, sino que a la desidia le sumó las declaraciones xenófobas y racistas contra los hermanos bolivianos, paraguayos, peruanos, etc. De esta manera, lejos de contribuir a la solución, instó a la violencia apelando a un componente que es parte de la cultura de ciertos segmentos de esta sociedad, que se basa en la discriminación de eso que aparece y se construye como la otredad, y que sirve para reproducir la desigualdad enfrentando a los más pobres entre sí.
Entonces, no debemos dejar de decir que parte del problema fue el accionar represivo de las fuerzas policiales, la Metropolitana y también la Federal, contradiciendo así el ejemplar tratamiento que desde 2003 se le viene dando a la protesta social desde el Gobierno Nacional, que tomó nota de este hecho y no sólo decidió expulsar de la fuerza a los responsables, sino que creó el Ministerio de Seguridad, colocando al frente a Nilda Garré, en una clara señal a favor de una seguridad democrática que debe tomar el carácter de una política de estado. Estamos convencidos de que es posible y necesario que la presencia de las fuerzas de seguridad no signifiquen la represión de los más débiles, sino su protección. La ausencia del Estado en esta materia no puede ser entonces una opción, porque quedó demostrado que eso implica el predominio de bandas armadas que sirven a poderosos intereses en contra de las clases más pobres y sometidas.
Una vez más, quedó claro que la salida del conflicto no será jamás a través de la represión y la discriminación, sino a través de un Estado presente, que provea seguridad y justicia a quienes más lo necesitan –porque no debemos aceptar que esas muertes queden impunes–, con políticas públicas inclusivas e igualitarias. Macri no lo entiende así, por eso es parte del problema, y por eso es cada día más urgente enfrentar a la derecha para que el próximo gobierno de la ciudad retome la lucha contra la desigualdad.
A continuación, reproducimos el comunicado que el miércoles 8 de diciembre emitieron los dirigentes porteños del Encuentro Vilma Ibarra (diputada nacional), Gabriela Cerruti y Gonzalo Ruanova (legisladores) y el presidente del Partido Encuentro en la ciudad José Campagnoli, en repudio a la represión del día martes 7 en Villa Soldati. Señalaron que se ejecutó solamente el 18 % de lo previsto para planes de viviendas en la ciudad, a pesar de que la villa 20 cuenta con una ley propia para avanzar en la urbanización. Por su parte, Martín Sabbatella respondió ante las declaraciones xenófobas y racistas del Jefe de Gobierno porteño: "Macri se tiene que decidir a gobernar y enfrentar los problemas que tiene la Ciudad. El desamparo, la pobreza y la falta de vivienda no se solucionan con declaraciones discriminatorias ni con represión, sino con políticas públicas eficientes, que garanticen que todos y todas podamos vivir con dignidad".
“La única respuesta que Mauricio Macri tiene para las familias que reclaman tener una vivienda es la represión”, señalaron los dirigentes del sabbatellismo porteño Vilma Ibarra (diputada nacional), Gabriela Cerruti y Gonzalo Ruanova (legisladores) y el presidente del Partido Encuentro en la ciudad José Campagnolli, con relación a la represión policial iniciada anoche (por el martes 7) en el Parque Indoamericano en Villa Soldati. “Los asesinatos producidos anoche son consecuencia de una actitud claramente represiva y de absoluto desprecio hacia los pobres por parte del Jefe de Gobierno porteño –agregaron los dirigentes, quienes también señalaron la responsabilidad de las autoridades nacionales–. La fuerza de choque que desplegó Macri anoche estuvo integrada por la Policía Metropolitana y la Federal. El Ministro del Interior de la Nación deberá explicar por qué, luego de años de una política ejemplar de no reprimir la protesta social, se puso a los agentes federales a disposición del desalojo violento de centenares de familias que reclaman por su derecho a vivir más dignamente”. Además, agregaron que “es necesario que, de forma urgente, se investigue a fondo y se identifique a quienes efectuaron los disparos que provocaron las muertes”.
“Lo ocurrido es la consecuencia dramática de una política persistente del Gobierno porteño, que pasó por la creación de la Metropolitana y la UCEP (Unidad de Control del Espacio Público), por la designación de funcionarios como “El Fino” Palacios, por el armado de una estructura de espionaje con Ciro James o incluso por la compra de pistolas Taser, entre muchas otras medidas que demuestran la obsesión de Macri por armarse y reprimir”, opinaron Ibarra, Cerruti, Ruanova y Campagnolli en un pronunciamiento conjunto y agregaron que “a eso se le debe sumar la ausencia de políticas sociales efectivas para revertir la enorme desigualdad que se vive en la ciudad y el abandono de todas las áreas públicas que hacen a la protección de quienes menos tienen, como son los hospitales o los establecimientos educativos”. “La Villa 20 cuenta con la ley 1770 del 2005 que afecta los terrenos comprendidos entre las avenidas Escalada, Fernández de la Cruz y las vías del FF.CC. para avanzar en un plan de urbanización. También establece la recuperación del predio utilizado como cementerio de autos por la Policía Federal, foco de contaminación que afecta las condiciones de vida y la salud de los habitantes de Villa 20. Hasta el día de hoy, no ha habido iniciativas que avancen en este sentido por parte del Gobierno de Macri, que en cambio optó por la violencia y la muerte como la única forma de enfrentar el problema”, concluyeron.