El domingo 9 de enero desde el Encuentro Comuna 14 - Palermo realizamos el primer encuentro del ciclo "Cine en las plazas". El objetivo de esta actividad es doble. En primer lugar, nos proponemos promover una serie de debates respecto de temas complejos como la inmigración, la situación económica y la seguridad, entre otros, a través de la proyección de distintos materiales audiovisuales y de la generación de un espacio de diálogo e intercambio. En segundo lugar, nos planteamos recuperar el espacio público como espacio de encuentro, rompiendo con las concepciones privatistas y paranoicas que buscan enrejar toda la ciudad para convertirla en un mero paisaje.
En esta oportunidad proyectamos el documental "Nos Otros", que aborda distintas situaciones de discriminación que cotidianamente suceden en nuestro país. Cerca de 100 personas se acercaron a ver la película y a charlar con su director, Daniel Rajchik.
El ciclo continuará el tercer domingo de febrero, en la Plaza Armenia. A continuación, reproducimos el texto utilizado para promover el debate luego de la proyección.
Nosotros, que supimos anhelar primer mundo y pizza con champán, que soñamos un destino de grandeza, despegue a la estratósfera y en dos horas al progreso, el hemisferio norte y la civilidad. Nosotros, que tanto nos costó creer en la Patria Grande y eso de “para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”, que nos hemos sentido “otros” en el continente que nos tocó, y que siempre encontramos en él otros “otros” amenazantes: gauchos, bárbaros, extranjeros indeseables, cabecitas negras, bolitas, paraguas… Y, claro, los combatimos: a palos, balazos o mediante la segregación (pero eso sí, también explotándolos como mano de obra barata y desprovista de toda protección legal...).
Pero aquellos viejos “otros” resultamos ser hoy nosotros mismos. Las sirvientas gallegas, los obreros tanos, los vendedores ambulantes rusos: hoy, nuestras abuelas y bisabuelos, forjadores de nuestra tierra, nuestra cultura y nuestra argentinidad.
Nosotros, entonces, insistiremos incansablemente con que nuestras raíces de pluralismo y crisol de razas no dejen de recordarnos que esa Argentina democrática y equitativa que queremos construir será junto a nuestros hermanos latinoamericanos y no a sus espaldas; será con activas políticas de estado que apunten a mejorar las condiciones de vida de la sociedad en su conjunto (y fundamentalmente de quienes más lo necesitan), y no fabricando chivos expiatorios que intenten enmascarar la orientación política profundamente conservadora e inequitativa de un gobierno, como el actual de la Ciudad de Buenos Aires. Esa Argentina que queremos construir será inclusiva, o no será.